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En este post vamos a hablar un poco sobre los pavimentos continuos.
Pavimentos de hormigón
Es un pavimento formado por una capa de hormigón de cemento de portland de 10 a 20 cm de espesor. Este pavimento es más utilizado con chapa de cemento. Presenta como ventajas su dureza y reducido coste.
Se utiliza para lecho o base que ha de recibir chapados y otros tipos de solado.
Pavimentos de chapa de cemento
Este pavimento se realiza sobre un lecho de hormigón de 8 a 18 cm de espesor. La última capa o chapa es de mortero de portland de 2 cm de espesor. Una vez colocada se alisa y se espolvorea con cemento portland, pasándose un rodillo provisto de relieves al que se llama bujarda a fin de que la superficie del firme no sea enteramente lisa, sino que presente un granulado que no la haga resbaladiza. Esta operación se conoce con el nombre de abujardado.
Para evitar que estos suelos lleguen a agrietarse con los cambios bruscos de temperatura, hay que recurrir a las llamadas juntas de dilatación, o espacios libres de hormigón que deberán quedar en la obra. Estas juntas corrientemente se dejan cada 3 ó 4 metros, y se rellenan con arena y betún.
Se utilizan para la pavimentación de aceras, almacenes, patios, locales industriales, etc.
Pavimentos de chapa de yeso
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Este pavimento, muy poco utilizado en nuestro país, consiste en una capa de 3 a 5 cm de yeso cocido al rojo (yeso hidráulico) que se amasa con agua y color, y que presenta la particularidad de no aumentar de volumen con el fraguado. Se extiende dicha capa sobre un lecho de hormigón, colocando entre ambos una capa intermedia de arena para que ambos materiales puedan realizar con independencia sus dilataciones.
Se utiliza para pavimentos interiores no sometidos a gran tránsito.
Pavimentos de chapa de asfalto
Al igual que los anteriores, este pavimento utiliza una base, solera de lecho de hormigón. La chapa es formada por una mezcla de masillas asfálticas y arena (ésta en una proporción de un 30 a 50 por 100 de aquélla) fundidas y apisonadas después de vertidas sobre el hormigón, por medio de un cilindro o rulo de piedra. Dicha capa de asfalto alcanzará por término medio un espesor de 4 cm.
La chapa de asfalto sobre solera de hormigón es adecuada para toda clase de pavimentos que deben soportar la intemperie, tales como terrazas, azoteas, áticos, aceras, calles y carreteras.
También se utiliza para formar capa aislante en combinación con otros tipos de pavimento.
No precisa de juntas de dilatación, aun en el caso de grandes superficies.
Pavimentos de mosaico romano
Este es el primitivo mosaico que se utilizaba tanto para suelos como para decorar paredes. Consiste en una incrustación, sobre una base de hormigón de 3 a 5 cm, de pequeños trozos de piedra natural, como mármol y granito, vidrio, cerámica, esmalte, etc, colocándose uno a uno formando dibujos, combinaciones de colores, etc.
Tienen aplicación en trabajos decorativos.
Pavimentos de xilolita
Los pavimentos de xilotita se conocen también con el nombre de madera pétrea.
Este pavimento se forma con una mezcla de cemento Sorel (magnesia calcinada y cloruro cálcico) con una materia inerte que puede ser serrín de madera, tierra de infusorios, piedra de color, corcho, fibra de amianto, talco, etc. La aplicación de esta mezcla se hace sobre una base o lecho de hormigón o ladrillos. Primeramente se coloca una capa basta y después otra mucho más fina. Sobre la base se acostumbra fijar de canto, unos flejes metálicos, por lo general de latón, formando grandes rombos, rectángulos u otros dibujos. Estos flejes hacen las veces de encofrado, juntas de dilatación y maestras para verter la pasta. Una vez terminado el pavimento constituirán un elemento decorativo.
Los pavimentos de xilotita son muy adecuados para interiores de tiendas, vestíbulos comerciales, salas de fiestas, restaurantes, oficinas, etc. Sin embargo, han sido desplazados por los llamados de terrazo, a causa de la escasez de magnesia.
Pavimentos de terrazo
Se diferencia del anterior en que el aglomerante es el cemento blanco o el cemento portland, de color gris verdoso, y como material inerte se utilizan arenillas de mármol de diferentes gruesos y colores.
Esta mezcla se coloca también sobre un lecho de hormigón de 2 a 3 cm de espesor, e igualmente se colocan de canto flejes formando dibujos o figuras geométricas con la misma finalidad que hemos indicado en los pavimentos de xilotita.
Los flejes se sujetan al lecho de hormigón con mortero de cemento y una vez endurecido éste, se extiende la pasta formada por el cemento y la arena de mármol y se aplica con un rodillo, procediendo a pulimentar la superficie obtenida tan pronto como el terrazo haya fraguado.
Una vez desbastada la superficie, se procede a recubrir la misma con una lechada de cemento, coloreada si el dibujo lo requiere. Después, cuando la lechada ha fraguado se sigue el pulimentado.
En Tecnología al estudiar el modo de formar los distintos pavimentos, estudiaremos estas operaciones con cierto detalle.
Los pavimentos de terrazo, si han sido bien realizados, presentan una superficie lisa, brillante y continua, y los cantos dorados de los flejes hacen resaltar aún más la belleza de este pavimento. Corrientemente, la arenilla de mármol se coloca de forma que constituye armonizando con los flejes, una composición decorativa; por ejemplo, un gran polígono estrellado central y una cenefa perimetral; un círculo o elipse central etc., combinando los diversos colores de la arena de mármol que se utilicen.
Una variedad de estos pavimentos, son los realizados con baldosas de terrazo vibrado. Se trata, en realidad, de piezas prefabricadas de terrazo, con las que se obtiene un pavimento discontinuo.
Las aplicaciones de los pavimentos de terrazo son las mismas, exactamente, que las indicadas para la xilotita. En general, resulta un procedimiento más recomendable para solucionar grandes superficies, que para locales e interiores de espacios modestos.
Pavimentos de linóleo
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El linóleo toma su nombre de las dos materias que principalmente intervienen en el proceso de su fabricación, el lino, que constituye la base, y el aceite de linaza. Cómo reparar el suelo de este pavimento se puede encontrar aqui.
Para su utilización, el aceite de linaza ha de sufrir previamente un proceso de oxidación, que lo convierte en una pasta correosa muy parecida al caucho virgen, a la que se agregan diversas resinas y serrín muy fino de corcho, más los colorantes encargados de dar a la masa resultante, el color que se debe obtener. Esta mezcla se aplica en caliente encima de una urdimbre de tejido, siendo sometida a continuación a la presión de unos 90 kg por cm2.
El linóleo, cuyo proceso de fabricación hemos resumido en el párrafo anterior, experimenta una segunda y lenta oxidación. Se ofrece en el mercado en rollos de 25 a 30 metros de longitud.
Se coloca sobre una superficie perfectamente plana dispuesta para recibir tal material, que requiere una escrupulosa manipulación, adhiriéndose en el intermedio de una masilla especial. Si el suelo es de madera, hay que disponer entre la misma y el linóleo una capa de fieltro.
Es un pavimento caro, pero ofrece en cambio evidentes cualidades. Es cómodo, elástico, impermeable, permanece invariable con los cambios de temperatura y es refractario al fuego. Reúne, por lo tanto, las ventajas de los pavimentos de madera y de mosaico hidráulico y ninguno de sus inconvenientes. Otra característica es la que ofrece el color uniforme en la totalidad de la masa, lo que permite asegurar que el pequeño desgaste que pudiera sufrir la superficie del piso, con el paso del tiempo, no alterará para nada la presencia del pavimento.
Se aplica en viviendas, comercios, oficinas, vestíbulos, salas de espectáculos, etc.
Pavimentos de caucho
El pavimento de caucho es bastante parecido al linóleo, en cuanto a características, aplicaciones y presencia.
Este material, el caucho para pavimentos, se presenta también en rollos, de unos 15 m de longitud por 2 de anchura. Los espesores varían entre los 5 y los 10 m, consiguiéndose una superficie lisa, uniforme, impermeable, refractaria y amortiguadora de los sonidos.
Para su colocación, se extienden las tiras cortadas a su medida exacta sobre el pavimento a cubrir, dejándolas en esta posición durante veinticuatro horas, para que se adapten a una perfecta horizontabilidad. A continuación se adhiere al solado con una masilla de resina copal. Si el lecho es de hormigón fresco, debe interponerse una capa de alquitrán.
Sus aplicaciones son en viviendas acomodadas, salas de juntas, despacho, vestíbulos comerciales, clínicas, aulas universitarias, salas de espectáculos, interiores de barcos, hoteles, etc. Se trata de un tipo de pavimentación caro.
Pavimentos de materiales plásticos
La industria de los plásticos proporciona una variedad de pavimentos parecidos a los últimamente estudiados. Como quiera que la fabricación de los materiales plásticos es más fácil y las materias primas empleadas abundan más en el mercado y son más económicas, es posible lograr un tipo de pavimento de cualidades semejantes a las citadas que resulte más barato.
Los diferentes pavimentos de estos materiales, todos en resinas sintéticas como base, se presentan en tres variantes: pavimentos de pasta, de planchas rígidas y los de material flexible.
El primer tipo corresponde a una emulsión de polivinilo de consistencia pastosa que se aplica sobre el solado de manera directa, vertiéndola de los botes que la contienen y repartiéndola por toda la superficie a pavimentar y dejando que se sequen.
Las placas y baldosas de plástico rígido no tienen todavía en nuestro país una gran aplicación, pues se hallan en un período experimental. Dichas piezas no precisan de pegamento alguno, ya que ellas mismas llevan el adhesivo. Su colocación es fácil, pues sólo requiere una superficie completamente lisa.
Por último, los plásticos flexibles —citaremos el Sintasol, fabricado en España por Ceplástica— son los más utilizados en los países europeos.
Se fabrican superponiendo varias láminas delgadísimas de cloruro de polivinilo, íntimamente unidas entre sí, con lo que se logra una capa superior sin cargas y coloreada. Plastificantes y estabilizantes proporcionan al material las condiciones de resistencia y durabilidad que requiere su uso.
Se trata de un material de muy poco peso, que no envejece ni cuartea, antideslizante, buen aislante térmico y de sonidos, inatacable por los ácidos y de bella presencia. Es muy fácil de colocar y económico. En cambio, estos pavimentos aunque no arden ni mantienen la combustión, son atacados por el contacto directo del fuego. Es decir, se destruyen parcialmente allí donde se le aplica una llama, o un cuerpo incandescente— por ejemplo, una colilla de un cigarro sin apagar o una cerilla encendida.
El plástico flexible para pavimentos se fabrica en tiras de 125 cm de ancho por 15, 20 y 25 metros de longitud, así como en losetas de 30 X 30 cm. Existen en varios espesores pero el más utilizado es el de 2 mm. Este material se aplica con adhesivos adecuados, requeriendo una mano de obra especializada. Puede disponerse sobre una superficie de cualquier material—madera, cemento, baldosa hidráulica, etc.—con tal de que sea perfectamente plana y uniforme. Con una pasta niveladora —un cemento elástico muy adhesivo,.de rápido secado — se pueden corregir precisamente todas las imperfecciones que ofrece el suelo.
En cuanto a las aplicaciones, puede decirse que son las mismas que los pavimentos que hemos estudiado últimamente. Se puede encontrar los en la primera parte aqui.